Bertrand Piccard tuvo un sueño, el sueño de construir un avión que diera la vuelta al mundo impulsado unicamente con luz solar. Muchos desestimaron su idea, pero 12 años después ha presentado el Solar Impulse II, el primer aeroplano que circunvalará la Tierra sin usar combustible.
Convencido de que "todos deberíamos hacer algo para proteger a la humanidad antes de que nos quedemos sin recursos", ideó crear un avión que no usara una sola gota de combustible fósil. Una década de esfuerzo, ingenio e inversión que ha culminado y se ha concretado en un avión que se propulsa exclusivamente con la energía solar almacenada en sus baterías gigantes, que pesan 633 kilos, un cuarto del peso total de la aeronave.
El modelo anterior, menos potente, logró viajar durante 26 horas cruzando Estados Unidos de costa a costa en 5 etapas. Este nuevo modelo tiene una autonomía de 5 días y 5 noches, necesaria para viajar entre EE.UU. y Europa o China. Tiene una envergadura de 72 metros, más que un Boeing 747, y está cubierto de una fina capa de fibra de carbono que alberga 17.248 células solares.
La velocidad máxima a la que el avión podrá navegar será de 90 kilómetros/hora al nivel del mar, y de 140 kilómetros/hora a su altitud máxima, 8.500 metros. Piccard y André Borschberg, el ingeniero jefe del proyecto y que ha estado al lado de Piccard desde el inicio, van a turnarse en la cabina para pilotarlo y así dar la vuelta a nuestro querido planeta.
"Solar Impulse no se construyó para transportar pasajeros, sino para transportar mensajes. Queremos demostrar la importancia del espíritu emprendedor, para que la gente se cuestione lo que dan por sentado", declaró Piccard. El nuevo avión también incluye la novedad de que es completamente hermético, por lo que podrá volar sin problemas bajo la lluvia. De día, el avión volará a una altitud de 8.500 metros y de noche, para ahorrar energía, descenderán hasta los 1.500 metros. Durante los trayectos, los pilotos estarán en constante contacto con un equipo de más de 80 personas.
La aventura comenzará en marzo del 2015 en el Golfo Pérsico, para atravesar el Mar de Arabia, la India, Birmania, China, el Océano Pacífico, Estados Unidos, el Océano Atlántico, Europa del Sur o África del Norte, y volver finalmente al lugar de donde partió. Se harán tantas escalas como sean necesarias. "El mundo necesita nuevas formas de mejorar la calidad de vida de las personas. Tecnologías limpias y renovables son parte de la solución", concluyó Piccard.
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