A finales del año pasado, cuando la cazadora de tendencias española Gema Requena visitó Guayaquil, predijo que la próxima gran revolución que se avecina está ligada al mundo de las impresiones en tercera dimensión. Y que las impresoras 3D, mucho más allá de ser vistas como simples herramientas, pasarán a formar parte de “actitudes” ligadas al crecimiento de expresiones sociales y de mercado, como la manufactura digital y la personalización masiva.
En palabras de la analista tecnológica suiza Esther Dyson ocurrirá algo similar a lo que pasó con las computadoras: “Hace tres décadas podías leer que las computadoras personales permitirían a la gente mantener sus recetas organizadas”. Por supuesto, hoy en día las computadoras pueden hacer mucho más que eso. Precisamente eso pasará con las impresoras 3D, opina Dyson. “Crecerán desde ser una novelería a algo verdaderamente útil, disruptivo y suficientemente barato para extenderse y ser usadas por relativamente pocos esfuerzos”, añade.
¿Pero, qué es una impresión 3D? Para los no entendidos, se puede decir que es un proceso de manufactura que “permite imprimir objetos tridimensionales a partir de datos digitales”, según un estudio de la consultora Deloitte. Las impresoras 3D son las máquinas que realizan este proceso. Actúan después de recibir un diseño creado computacionalmente y producen objetos físicos, los cuales son impresos en varias capas. Los materiales usados varían: plástico, resina o polímeros y las máquinas más avanzadas, incluso, pueden crear objetos con oro, plata o titanio.
¿Qué se puede imprimir?
Las posibilidades son casi infinitas. Desde juguetes, zapatos o joyas, hasta cosas más complicadas, como armas u órganos humanos. La Universidad de Cornell, por ejemplo, presentó el año pasado una oreja creada en una impresora de este tipo, usando un gel de colágeno como material base. Por todas estas aristas de uso, esta tecnología ha sido definida como una revolución en el mundo de la manufactura.
Makerbot Replicator
Sin embargo, para que esta “revolución” pueda concretarse es necesario masificarse, llegar al público en casa. Varias empresas han asumido este reto. Y en el último Consumer Electronic Show (CES) en Las Vegas, se mostraron varias propuestas. Aquí las más llamativas…
3DMe PhotoboothCabina para escanear rostros e imprimirlos como retratos tridimensionales. Cualquier persona puede sentarse dentro de ella, la máquina escanea sus características faciales y luego las plasma en una figura en tercera dimensión. El programa puede ser modificado para, por ejemplo, imprimir el rostro de alguien en el cuerpo de un muñeco de Star Trek.
Robo 3D R1De tamaño compacto, pensada para el consumidor final. El proyecto nació entre estudiantes de la Universidad de San Diego, Estados Unidos. Su mayor ventaja es su precio no mayor de 700 dólares para la versión avanzada. Capaz de imprimir con precisión objetos en plástico, polímero, nailon y otros materiales.
MakerBot ReplicatorUnida a un digitalizador, lo cual es una pequeña plataforma capaz de escanear lo que se ponga sobre su superficie, esta impresora 3D es capaz de replicar objetos sin la necesidad de una computadora de por medio. El objeto se coloca sobra el digitalizador y en poco tiempo la impresora arrojará una copia exacta en el material seleccionado.
ChefJetLa firma 3D Systems anunció una impresora 3D que podrá producir objetos comestibles. Pensada para integrarse a una cocina profesional, este sistema es capaz de producir dulces con formas únicas, gracias a la precisión de la impresión tridimensional. Los materiales vendrán en sabores como chocolate, vainilla o menta.
3DoodlerLa primera “pluma de impresión 3D”, según sus creadores. Básicamente, es una especie de marcador que, en lugar de plasmar tinta sobre papel, permite darle forma a tiras de plástico de diferentes colores.
Fuente: http://www.vistazo.com/