-Cargadores Inalámbricos.
Nokia, Google y ahora Samsung. Ninguno quiere quedarse sin su propio cargador inalámbrico.
Y la consigna parece clara: hay que hacerlos chillones, finos y estilosos.
Nokia fue de los primeros en lanzarlo para su gama alta de smartphones, Google
lo acaba de presentar para suNexus 4 (de
momento solo en EE.UU.) y Samsung parece
muy cerca de seguir el mismo camino. Los tres funcionan bajo el estándar Qi. La
cuestión es: ¿aportan realmente algo los cargadores inalámbricos presentados
hasta ahora? ¿Són más cómodos, rápidos o fiables? Al menos en uno de ellos, el
de Nokia, la respuesta parece clara: no, no, y no.
Suena irónico, pero
una de las cosas que más ganas tenía de probar en el Lumia 920 de Nokia no era
algo del móvil en sí, sino su cargador inalámbrico. Después de un mes con el
smartphone en el bolsillo, de cargarlo y recargarlo en numerosas ocasiones, la
sensación es agridulce.
Ni es más cómodo, ni más
rápido, ni más fiable. Es más mono en diseño y color, sí, pero hace exactamente
lo mismo que los insulsos cargadores de toda
la vida (algunas cosas peor). Google y Samsung han decidido seguir el
mismo camino, ofrecer una plataforma inalámbrica, en forma de bola o de plato,
para alimentar el móvil mientras reposa. El resto de la tropa seguro no tardará
en ir detrás. ¿Cuáles son las ventajas?
¿Son más cómodos? En mi experiencia con
el cargador inalámbrico del Lumia 920, ni hablar. Igual o peor que los de toda
la vida. Lo de "inalámbrico" es un decir. Por supuesto tienes que
conectar estos cargadores a la corriente. "Inalámbrico" quiere decir sin cables, 100%, por ningún sitio. Hasta
que esto no exista en el mercado, llamarlos inalámbricos es solo un truco de marketing.
El cargador de Nokia
no solo tiene cable, sino que es eterno, casi dos metros de largo. Perfecto
para enredarse con todo lo que encuentra a su paso, especialmente si lo llevas
de viaje en la maleta. Y sí, es fino y colorido, pero es bastante más grande
que los cargadores de toda la vida. Entre el plato en el que reposa el móvil y
el adaptador que se enchufa a la corriente, son
dos piezas que ocupan muchísimo espacio.
¿Son más rápidos? Tampoco. Cada carga
del Lumia 920 tardaba al menos cuatro o cinco horas en completarse. Algunas
veces incluso más. Tal vez sea una
cuestión concreta de la unidad de prueba con la que trasteé; quizás los
cargadores del Nexus 4 o el que supuestamente estrenará Samsung sean rápidos
como el rayo. De momento, al menos con los de Nokia, no existe mucha
diferencia. Más bien todo lo contrario.
¿Son más fiables? Por fiabilidad me
refiero a saber a ciencia cierta que el cacharro está cargando. A saber que
regresarás una o dos horas más tarde y allí marcará 100%. No hay pérdida con
los cargadores de toda la vida, los enchufas y listo. Con los inalámbricos
falta esa seguridad.
En el caso de Nokia,
cada vez que depositas el móvil en el cargador, un sonido te indica que ha
entrado en funcionamiento. Pero al mínimo movimiento del teléfono, si lo
desplazas de la zona central del plato, la carga se detendrá. Y no hay sonido
que te lo indique. Al no haber ningún cable anclado al celular, el sistema es
más inestable, menos fiable. Puedes dejar el móvil cargando con la idea de que
todo está en orden, para regresar horas después y comprobar que está
exactamente igual a como lo dejaste, muerto.
La
idea de Nokia, Google o Samsung es buena, pero falta mucho. Hasta que estos
cargadores no sean 100% inalámbricos; hasta que sean compatibles con cualquier
modelo de smartphone (el estándar Qi debería solucionar este frente); hasta que
no sean fiables y rápidos; o hasta que no estén integrados en varias superficies
del hogar (mesas, muebles, aparatos de audio...), sinceramente, que me
devuelvan mi cargador de toda la vida. Comodidad, rapidez y fiabilidad
asegurada.