El mundo de la cocina siempre está en constante evolución e innovación, desde sabores nuevos a presentaciones sorprendentes que hacen de la cocina un arte, y para ello nos ayudamos de las nuevas tecnologías que nos dan un abanico más amplio de creación y facilidad. La última creación es la impresora 3D Jet Chef Pro que con un impresionante mecanismo imprime formas geométricas de azúcar.
Esta idea surgió de una familia que quería hacer una tarta para el cumpleaños de un amigo pero no tenían horno, de manera que decidieron crear su propio pastel desde su impresora 3D. La idea fue tan brillante que crearon una empresa llamada Labs Sugar y tardó poco tiempo en atraer la atención de la gran empresa 3D Systems (que es la mas fuerte en el tema de impresiones 3D) y a finales de 2013 la adquirió.
Va siendo hora de saber su funcionamiento:. Básicamente lo que se hace es mezclar el agua, el azúcar y alcohol. Todo ello de manera muy precisa para que el sustrato de azúcar endurezca y se pueda trabajar capa a capa. El proceso es similar a otras aplicaciones de impresión 3D, pero se ha optimizado el proceso para la resolución y la dureza con el azúcar, en lugar de con un material de impresión 3D estándar. Se pueden imprimir formas de todos los colores y tamaños y tendrá distintos sabores como manzana ácida, sandía, menta, vainilla o chocolate.
Como podemos observar en la imagen consta de una pantalla táctil LCD que dirige los procedimientos e informa del estado de la impresión (el tiempo que resta para que termine, su volumen y altura) y un pequeño panel en el que se podrá cambiar su configuración de manera fácil. Vendrá con un pequeño libro que ayudará a crear nuevos modelados en 3D.
Por desgracia no podremos tener una impresora 3D Jet Chef Pro en nuestras cocinas porque será solo comercializado para hoteles, grandes restaurantes y chefs profesionales. Y no saldrá al mercado hasta finales de mayo de este año. Su precio rondará los 10.000 dólares, aunque se espera que baje de precio cuando se pueda minimizar su tamaño, en cuyo caso rondaría los 5.000 dólares.
Este podría ser el comienzo de un nuevo tipo de decoración, que evolucionará y todo el mundo podrá plasmar su creatividad. Sería increíble que en unos años podamos tener una impresora 3D de este tipo al lado de nuestro horno. La única duda que tengo es si nuestro hogar olerá a dulce recién horneado a la hora de imprimir.